EL CIRCUITO DE COBROS

Perseguir los impagos no puede nunca ser una actividad realizada impulsivamente, sin
un orden ni una estructura determinada. Mantener la cabeza fría y tener un plan (y en
algunos casos grandes dosis de paciencia) son claves para mejorar las posibilidades de
éxito, y aquí es donde entra en juego el circuito de cobros.
¿Qué es el circuito de cobros?
No es más que el “modus operandi” estructurado que nos proporcione unas pautas
estables a la hora de reclamar nuestros créditos a los deudores, para hacerlo de forma
ordenada y con un plan en mente. Así, por ejemplo, podríamos establecer unas pautas
de actuación en función de la antigüedad de la deuda:
-Riesgo bajo (primer mes), mandaremos cartas, mails y llamadas.
-Riesgo medio (segundo y tercer mes), lo anterior, añadiendo el envío de un burofax de
advertencia, o registro en fichero de morosos.

-Riesgo alto (a partir del cuarto mes), iniciaríamos acciones judiciales y el expediente
pasaría a la categoría de fallido.
Lo anterior es solo un ejemplo, y no tienen que ser necesariamente esos tiempos
concretos, ni todas esas acciones descritas. Pero lo importante es disponer un correcto
procedimiento claro y sistemático, un calendario de actuaciones prefijado, una
adecuada clasificación de los asuntos, y una modulación eficiente de las acciones que
deban realizarse.
¡Eso es el circuito de cobros!
Para implementarlo de forma correcta lo ideal es contar con un equipo especializado a
nivel interno o, si esa opción no es realista, contar con los servicios de un profesional
externo. Ante todo, debemos recordar que el peor enemigo del cobro de deudas es el
tiempo, por lo que es importante ponerse manos a la obra cuanto antes.

Para cualquier consulta al respecto, dirigirse al mail  consultasavalfe@gmail.com