LAS DEUDAS SIEMPRE POR ESCRITO
Las facturas impagadas son un auténtico problema, sobre todo teniendo en cuenta que para muchos negocios el tiempo en el que entran los pagos es un factor clave para poder mantenerse a flote, y cualquier retraso les perjudica bastante.
Y claro, tenemos que reclamar los impagos, si puede ser por vía amistosa, y en caso de fallar esta última, acudir al engorroso y largo proceso judicial.
Si ya el panorama es frustrante, añadamos a la ecuación que a veces las deudas no están bien acreditadas por escrito. Parece mentira las veces que un cliente me habla en términos como “un contrato verbal”, “me reconoció la deuda en una conversación telefónica”, “el pago fue en un sobre”…Claro, el que ha eludido la formalidad y la legalidad luego tendrá dificultades para ampararse en ella cuando quiera reclamar los impagos.
Siempre hay que dejar plasmado desde el primer momento, los precios que se nos han de pagar; ya sea en un contrato, presupuesto firmado o, como mínimo, por mail. Si ya la batalla judicial es larga y tediosa, no la compliquemos más aún poniéndoselo fácil al deudor.